Terapia Cognitiva

 



1. Definición de la Teoría:

La Terapia Cognitiva, desarrollada por Aaron T. Beck en la década de 1960, es un enfoque psicoterapéutico basado en la premisa de que los pensamientos (cogniciones) influyen directamente sobre las emociones y conductas de una persona. Beck planteó que muchas dificultades emocionales surgen de patrones de pensamiento disfuncionales o distorsionados, llamados distorsiones cognitivas, como la generalización excesiva, la catastrofización o el pensamiento dicotómico.

Esta terapia se centra en identificar, cuestionar y reemplazar esos pensamientos automáticos negativos con interpretaciones más realistas y adaptativas. El objetivo principal es modificar las creencias profundas (esquemas cognitivos) que alimentan el malestar emocional, promoviendo un cambio positivo en la forma en que el paciente se percibe a sí mismo, al mundo y al futuro.

Se caracteriza por ser:

  • Estructurada y orientada a objetivos.

  • Breve (usualmente de duración limitada).

  • Colaborativa: el terapeuta y el paciente trabajan juntos como un equipo.

  • Basada en la evidencia empírica.


2. Técnicas de la Teoría Cognitiva

Algunas de las técnicas más utilizadas en la Terapia Cognitiva incluyen:

  • Registro de pensamientos automáticos: El paciente anota los pensamientos negativos asociados a situaciones problemáticas, junto con la emoción y conducta resultante.

  • Reestructuración cognitiva: Técnica central que consiste en cuestionar y sustituir pensamientos disfuncionales por otros más racionales y útiles.

  • Identificación de distorsiones cognitivas: Se enseña al paciente a reconocer errores comunes en el procesamiento de información (como personalización, sobregeneralización, etc.).

  • Técnicas de resolución de problemas: Para enfrentar de manera estructurada conflictos personales, laborales o sociales.

  • Entrenamiento en habilidades de afrontamiento: Como técnicas de relajación, control del estrés, asertividad, entre otras.

  • Tareas para el hogar: Ejercicios y experimentos conductuales entre sesiones para practicar las habilidades aprendidas.

  • Socratic questioning (diálogo socrático): El terapeuta hace preguntas abiertas para que el paciente llegue a sus propias conclusiones sobre sus pensamientos.


3. Trastornos donde se puede aplicar la Terapia Cognitiva

La Terapia Cognitiva ha demostrado ser eficaz en una amplia variedad de trastornos psicológicos, incluyendo:

  • Trastornos depresivos: Como la depresión mayor, distimia, trastorno depresivo persistente.

  • Trastornos de ansiedad: Trastorno de ansiedad generalizada, fobia social, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo.

  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT).

  • Trastornos alimentarios: Anorexia nerviosa, bulimia, trastorno por atracón.

  • Trastornos de la personalidad: Especialmente el trastorno límite de la personalidad.

  • Problemas de autoestima y autoconcepto.

  • Trastornos del sueño: Como el insomnio relacionado con pensamientos disfuncionales.

  • Manejo del dolor crónico y enfermedades médicas asociadas a factores psicológicos.

Además, se emplea con éxito en intervenciones preventivas, programas de psicoeducación y contextos de terapia individual, grupal y familiar.



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